La misericordia y la gracia son confundidas con frecuencia. Mientras que los términos tienen significados similares, la gracia y la misericordia no son lo mismo. Para sintetizar la diferencia vemos que, misericordia es que Dios no nos castigue como lo merecen nuestros pecados, y gracia es que Dios nos bendiga a pesar de que no lo merezcamos. La misericordia es la liberación del juicio. La gracia es la bondad que se extiende a quienes no la merecen.
De acuerdo a la Biblia, todos hemos pecado como lo dice en Eclesiastés 7:20 “Porque no hay sobre la Tierra un hombre que sea justo, que haga lo bueno y no peque.” Romanos 3:23 “por cuanto todos han pecado, y se encuentran privados de la gloria de Dios,” y 1 Juan 1:8 “Y si decimos que no hay pecado en nosotros, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros,”. Como resultado de ese pecado, todos merecemos la muerte “Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna por medio de nuestro Señor Jesucristo.” (Romanos 6:23) y la condenación eterna en el lago de fuego “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, que estaban de pie delante del trono. y los libros fueron abiertos. Después otro libro fue abierto, que es el de la vida. Y los muertos fueron juzgados por las cosas que estaban registradas en los libros, conforme a sus hechos. El mar entregó a los muertos que estaban en él, y la Muerte y el Seol entregaron a los muertos que se encontraban en ellos, y fueron juzgados cada uno conforme a su acciones. Y la Muerte y el Seol fueron arrojados al lago de fuego. Ésta es la segunda muerte: el lago de fuego. Y el que no se hallaba inscrito en el libro de la vida, era arrojado al lago de fuego”.
(Apocalipsis 20:12-15). Considerando eso, cada día que vivimos es un acto de la misericordia de Dios. Si Dios nos diera lo que merecemos, todos estaríamos, ahora mismo, condenados por una eternidad. En Salmo 51:1-2, David clama, “Oh Dios, ten misericordia de mí conforme a tu bondad; y segun tus abundantes misericordias borra mis pecados. Lávame más y más de mi iniquidad, y límpiame de mis pecados.” Una súplica a Dios por misericordia es pedirle que detenga el juicio que merecemos, y en vez de ello nos conceda el perdón que de ninguna manera nos hemos ganado.
No merecemos nada de Dios. Dios no nos debe nada. Todo el bien que experimentamos, es el resultado de la gracia de Dios como esta escrito “aún estando muertos en nuestros pecados, nos dio vida junto con el Cristo, y por su gracia Él nos salvó;” (Efesios 2:5). La gracia es simplemente un favor inmerecido. Dios nos da cosas buenas que no merecemos y que nunca podríamos ganar. Rescatados del juicio por la misericordia de Dios, la gracia es cualquier cosa y todo lo que recibimos más allá de esa misericordia “pero son justificados gratuitamente por medio de la gracia y mediante la salvación que es por medio de Jesucristo,” (Romanos 3:24). La gracia común se refiere a la gracia soberana que Dios otorga a toda la humanidad, independientemente de su condición espiritual ante Él, mientras que la gracia salvadora es esa dispensación especial de gracia, por la que Dios extiende soberanamente la inmerecida asistencia divina sobre sus elegidos para su regeneración y santificación.
La misericordia y la gracia son mejor ilustradas en la salvación que está disponible a través de Jesucristo. Merecemos el juicio, pero si recibimos a Jesucristo como Salvador, recibimos misericordia de Dios, y somos librados del juicio. En lugar del juicio, recibimos por gracia la salvación, el perdón de los pecados, una vida abundante como esta escrito “El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que tengan lo mejor.” (Juan 10:10) y una eternidad en el cielo, el lugar más maravilloso imaginable (Apocalipsis 21-22).
Por la misericordia y la gracia de Dios, nuestra respuesta debe ser caer de rodillas en adoración y agradecimiento. Hebreos 4:16 declara, “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de su gracia para recibir misericordia y hallar gracia para ser auxiliados en tiempo de aflicción.”